Desde el Oeste fluye pee'shon, el comienzo (o la boca) de la transformación que experimientamos durante el otoño al vislumbrar nuestra cosecha en los campos, en nuestros actos y en nuestros corazones. Es un período de introspección, cuando nos adentramos en nosotros, y que lleva a la transformación personal en la estación durante la cual todo cambia de color, de textura, de aroma y de cobijo; cuando todo se mueve desde el árbol y la planta hacia la tierra, como el pueblo judío se mueve de la casa a la cabaña (sukah), cuando las agujas de los pinos caen a la tierra para transformar el sueño, el cual finalmente restablecerá el fluir de la savia a mediados del invierno y la formación de las bellotas o los piñones en verano. Esta es, entonces, la estación que refleja el elemento del oeste: la Tierra.
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