Todos los planetas y los astros son seres con alma, repletos de conocimiento y pensamiento. Son entidades vivas, conscientes de su Creador. Cada uno, conforme a su posición y grandeza, alaba agradecido a su Creador de la misma manera que lo hacen los ángeles. Y así como tienen conciencia de Dios, tienen también conciencia de sí mismos. La conciencia de los astros y los planetas es inferior a la de los ángeles y superior a la de los humanos.
-RABÍ MOSHE IBN MAIMON, siglo XII, en Mishmah Torah, Hil'chot Y'sodei Ha Torah, 3,9
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